LOS MONTONES (CARRERA NOCTURNA DE ANTORCHAS). DECLARADA FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL

 

Con la mochila a la espalda, nos dirigimos de nuevo por los senderos de la provincia. Nos llevan esta vez hacia su parte oriental, hacia un lugar inédito, donde descubriremos que el FUEGO, SUSTANCIA DIVINA, forma parte de la energía que mueve a los hombres a realizar las más quiméricas hazañas.

          

 

El culto al fuego es piedra angular de los actos más importantes de las fiestas locales de Carcelén, uno de los pocos municipios albaceteños, por no decir el único, que mantiene esta ancestral tradición y culto. Este acontecimiento emerge como culminación de TRES GRANDES MITOS AGRARIOS: EL SOL, EL FUEGO Y EL SACRIFICIO CRISTIANO DE LA CRUZ, en un ritual que sirve como símbolo de identidad de una comunidad: Carcelén. La Carrera de los Montones es nuestra seña de identidad, aquello que nos une a una comunidad, a un paisaje, a una tierra, a unas formas de vida, a este ritual de cada año con el que todos quedamos marcados. Se repite esta tradición desde hace miles de años, ya que el pueblo existe como asentamiento humano desde el paleolítico. Es un ceremonial “sagrado”, cuyo valor relaciona al ser humano con el mundo agrario.
La tradición proviene de las culturas primitivas y de la quema de herejes realizada durante el período de la Inquisición. La carrera simboliza la bajada del Fuego Solar, que debe ser llevado a las eras para el advenimiento de las buenas cosechas durante el año. Un ritual de penitencia pero también de fiesta, de celebración de la cosecha, en el tiempo exacto en que termina la recolección, en el momento en que ya las eras estaban limpias. Un fuego purificador, que regeneraba y aplacaba el orden: el propio cultivo.

23 de Agosto, Carrera Nocturna de Antorchas Los Montones.

La medianoche del 23 de agosto se realiza "La Carrera Nocturna de Antorchas conocido como Los Montones", punto de partida de las Fiestas Mayores de Carcelén en honor al Santísimo Cristo de las Eras. Tres montones son construidos por los vecinos en la cima de PEÑA BLANCA justo arriba de la "PIEDRA DEL MEDIODÍA" durante los días previos. Este punto, era el lugar en el que se ajusticiaba a los reos condenados por la Santa Inquisición, como aviso para posibles infieles de la comarca y evitar paganismos. Como curiosidad, la PIEDRA DEL MEDIODÍA es alumbrada durante las noches del mes de agosto para dar continuidad al hecho de estar iluminada permanentemente Esta roca aparece como testimonio de un culto solar olvidado que ha presidido siempre el pueblo de Carcelén y que ha mantenido su valor de único RELOJ SOLAR de la comunidad. A las doce horas el rayo de luz atraviesa la piedra.

 

LOS MONTONES

Hacer un Montón exige de pericia, colocar adecuadamente cinco remolques de leña no es tarea fácil, aunque los sitios están marcados por la huella de las hogueras de otros años. Están hechos con ramas de carrasca y realizados con varios días de anticipación y si el tiempo es seco, sólo cabe esperar un buen viento para que el resultado sea perfecto.
Lo espectacular de los montones es su visión desde los alrededores de la ermita: El rosario de luces, sus pequeños resplandores, las lucecillas de las antorchas que indican cuando un corredor toma ventaja sobre otro, y una vez que se han superado las cinglas, el silencio posterior, la oscuridad.
En estos días anteriores a la gran noche del 23 de agosto, se va forjando el fervor con aquellos corredores que comienzan a entrenarse por las noches para la carrera de los montones, ellos que sin duda son el sostén de una fiesta singular.

 

COMIENZA EL RITUAL

En la noche del 23 de Agosto, a las 23:00 horas, comienza el ritual encendiendo los tres montones colocados en la cima de la montaña. Los corredores portan antorchas para iluminar el recorrido desde la Piedra del Medio Día hasta el Paraje de la Pilarica ubicado a mitad de la ladera de Peña Blanca, donde se inicia la Carrera Nocturna de Antorchas.

 

En este paraje se prende otro montón dando la salida a la carrera, momento en que los jóvenes convierten el miedo en adrenalina. Son aproximadamente unos 1.500 m. atravesando la noche cerrada hasta los alrededores de la Ermita del Santo Cristo de las Eras, punto final del camino en el que un último montón espera ser prendido por el "Portadores del Fuego", algo así como el nuevo Prometeo, que es capaz de robar el fuego a los dioses y portarlo al pueblo, a las eras considerándose una hazaña heroica para el Portador y Portadora del Fuego.

 

Este ultimo montón se localiza en las Eras, lugar de la recolección, el final de un ciclo de muerte y resurrección. El resplandor y el calor del último montón indican el final de la Carrera de los Montones, alrededor del mito del fuego. Ese fuego como signo de vida y conocimiento.

 

El fuego como centro de toda la conmemoración, como necesidad de destruir el monte para recuperar nuevas áreas de cultivo. Más tarde llega el sonido seco de las pisadas sobre el pavimento de la carretera y el griterío cuando aparecen por la curva, la confusión de la llegada y los aspavientos de los padres que identifican a su hijo como el ganador. A los ganadores, tanto de la categoría masculina como femenina, se les entrega el Portador/a de Fuego, una escultura que el poseedor y poseedora guardarán hasta el siguiente año.

          

 

Es entonces cuando la imagen del Cristo de las Eras es transportada en procesión desde su Ermita hasta la Iglesia Parroquial. EL FUEGO Y EL SACRIFICIO DIVINO, SE DAN CITA EN LA SIMBOLICA CARRERA DE LOS MONTONES.